sábado, 14 de septiembre de 2013

Leyenda (Capítulo III)

Llegué a Jorspen al día siguiente, a eso de las 10 de la mañana, y me dirigí al pequeño hotel en el que había reservado una habitación por Internet. También a través de Internet había logrado averiguar que Gael Nolan era un periodista y escritor local, aficionado a lo sobrenatural.
- Ahí lo tiene- me indicó el camarero de la cafetería a la que, según me habían informado en el hotel cuando pregunté por él, solía ir en busca de inspiración.
Sentado en una mesa en el rincón más apartado, y abstraído totalmente de lo que sucedía a su alrededor, un chico de unos 30 años, con el pelo revuelto y unas finas gafillas de metal descansando sobre la punta de su nariz, escribía nerviosamente en una desgastada libreta. 
- ¿Gael Nolan? – pregunté cuando estuve ante él.
Alzó la mirada hacia mí, algo aturdido.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – me preguntó sin ocultar su malestar por haber sido interrumpido.
- Sí…bueno…- intenté explicarme-. Soy Nora…he leído tu artículo acerca de la leyenda del vampiro…vivo en Nueva York…
- ¿Crees que es una leyenda? – sonrió de medio lado.
- Supongo…
- Entonces ¿Por qué has venido hasta aquí?
- Me has pillado- intenté resultar simpática-. Lo cierto es que me encantaría que fuera real.
- ¿Eres periodista o algo así? – me preguntó mientras me invitada a sentarme con un gesto. Invitación que acepté encantada.
- No, soy escritora.
- Interesante…
- ¿Podrías contarme más sobre esa historia? – me atreví a preguntar, pues el ambiente entre nosotros se había relajado bastante.
Sonrió de nuevo, esta vez maliciosamente.
- ¿Qué sucede? – le pregunté.

- Esta misma noche tendrás la oportunidad de presenciarlo tú misma – respondió con contundencia.
Tardé varios minutos en reponerme del escalofrío que me había recorrido al escuchar sus palabras, mientras él me observaba en silencio, disfrutando sin duda del efecto que habían causado en mí.
- O puedes marcharte si quieres – añadió socarronamente.
- ¡Nada de eso!

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