Y aconteció que un día las flores descubrieron su
propia belleza…
Y la luna contempló su reflejo en el mar, y se
embrujó a sí misma…
Y los árboles comprendieron su magnificencia, y se
aferraron, henchidos de orgullo, a las entrañas de la madre tierra…
Y el océano sintió su inmensidad, y amó con humildad
a las vidas que contienen sus aguas…
Y el sol bañó de luz cada rincón del mundo…
Y sucedió también que las estrellas cumplieron todos
los deseos que encuentran en su camino…
Y los caballos galoparon libres…
Y los pájaros pudieron extender sus alas…
Y cada vida respetó y fue respetada…
Y los hombres, por fin, al aceptar su pequeñez se hicieron grandes…y pidieron perdón por todo el daño
y toda la insensatez…
Y aconteció, (no es una fábula sino que fue verdad),
que aprendieron a cuidar su hogar…
…pero pasaron los días y de nuevo volvieron a
ensuciar el mar, a llenar el cielo de humo, a pisar las flores del camino, a
matar…
Y sucedió, (no es una fábula sino que fue verdad),
que convirtieron su única casa en un lugar de ruina y niebla en el que resultaba
imposible respirar…
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