domingo, 3 de febrero de 2013


Estoy en casa…a salvo de los peligros del mundo…
Desde aquí se oye el invierno…pero no me alcanza; su frío aliento no llega hasta este universo que es sólo mío…
Mi hogar…donde todo es dulce…donde todo es cálido y limpio…
Aquí respiro tranquila…aquí casi nunca tengo ganas de llorar ni me siento herida...
Pero llegará mañana…y el dulce hálito del viento me acariciará el rostro, y sonrojará mis mejillas con su gélido roce…y me sentiré también segura, porque no existe nada ahí fuera capaz de vencerme…
Agradezco la capacidad de enmudecer en esos tristes momentos en que sólo saldrían de mi boca palabras hirientes…y agradezco la capacidad de resistir con firmeza ante palabras que pretenden herirme…igual que el roble resiste estoicamente los envites del viento...

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