viernes, 27 de febrero de 2015

Noche


 
Y resulta que amaneció un día como otro, porque el sol, sin sorprender, decidió salir por el mismo sitio…

Y sucedieron las cosas como el día anterior, y las sombras se inclinaron obedientes con el paso de las horas…

 

Y al avanzar el día, la tarde, sin opciones, cayó…

Y refrescó la vida, y ocultó los detalles a la vista…

Y disfrazó a los árboles de amenazadoras sombras…

Y alguien abrió, diligentemente, la puerta de las pesadillas…

Y se colaron estas por las grietas de los inacabados sueños de colores…

Y sobrevino el temido desvelo, con sus gotas de sudor y sus temblores…

Y los miedos reinaron con pesadas coronas de plomo…

Como grilletes que aprisionan la carne…como poderosas manos que comprimen el pecho…

Como respirar sin aire…como los muertos…

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