Surges del silencio y recorres mi cuerpo con
manos inexistentes…y, saboreando mi piel hambrienta como si tuvieras labios, penetras
con poderoso fuego mis deseos…
Te haces presente sin estar, sin saber quién
eres, sin que pueda reconocerte aunque te encuentre…y me posees sin esfuerzo,
como si fuera tuya desde siempre…
Y sin existir para mí, me urge tu cuerpo…y
me adormece tu voz...
Me envuelves y me llenas de ti mil veces…tan deliciosamente y tan imposible, que mi cobardía teme el día en que tu ausencia
me resulte insoportable…
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