Cada palabra que nunca
escribí es una palabra que jamás pronuncié…y terminó perdiéndose en el vacío del
mismo pensamiento que la originó…
Viviendo una vida de no
haber nacido…
Sin miedo a morir…y sin haber
escuchado el sonido de su propia voz…
Sin haberse sentido
suspendida en los labios…
Sin haber observado su
efecto en el rostro que la hubiera recibido…
Sin haber cambiado una
vida…o un pedazo de un día…
Vagando en el silencio que
engulle las palabras que jamás nacieron…allí la dejé, perdida…
Muchísimas gracias María
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