Que
no falte nunca una pluma en mi mano, ni en mi mente una idea, mejor o peor,
pero mía…
Que no me quede nunca sin nada que decir, aunque no lo diga y lo escriba...
Que
no me abandonen las fuerzas…
Que
no se enfríen nunca mi inquietud y mi curiosidad…
Que
sigan abriéndose puertas, que vengan muchos más días…
Que
me mantenga idealista, que siga fuerte mi fe en lo que me guía…
Que
se alimente mi espíritu…
¡Tengo
tanta hambre de saber, de conocer, de descubrir…!
¡Hay
tanto mundo fuera que a duras penas consigo contener la impaciencia…!
¿A
quién le debo los tesoros que recojo en el camino?
¿Quién
hace perfecto mi mundo? ¿Quién dibuja mi sonrisa?
¿Quién
ha disuelto mis miedos?
Conozco
la respuesta a todas estas preguntas…
Pero solo
diré gracias…
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