Sentarme en la terraza de un café, a solas, para
bañarme de indiferencia y preguntarme qué hago aquí.
Ser por un tiempo invisible, sabiendo que pocos de
cuantos me rodean, o quizá nadie, son conscientes de mí.
Sin embargo estoy, formando parte silenciosa de este
instante; aunque prácticamente ausente, como siempre.
Decidiendo cuándo levantarme. Ensayando mentalmente la
sonrisa con la que saludaré al marcharme.
Preguntándome si volveré.
Nada es sencillo en mí. Estudio minuciosamente cada
alternativa. Me pregunto repetidamente si debí venir. Qué sería diferente ahora
si no estuviera aquí. Y dónde podría estar si no.
Quizá algún día consiga sentarme en la terraza de un
café, a solas.
Sentarme y nada más.
Hay tanto ahí; entre esas líneas... tanto, tanto, tanto... Gracias.
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