Yo soy super
puntual, pero nadie se lo cree, porque como siempre llego tarde…
Consultan su
reloj con gesto de exasperación mientras me observan llegar apurada y bastante después
de la hora acordada; no tienen en cuenta ni comprenden que los elementos se han
confabulado contra mí para que así suceda.
Porque vamos a
ver, qué culpa tengo yo de que el ascensor decida estropearse justo cuando voy
a utilizarlo (un par de veces conmigo dentro); o que todos los vecinos parezcan
haber decidido salir al mismo tiempo que yo, y tenga que escuchar cómo el
aparatejo sube y baja infinitas veces hasta que por fin queda disponible para
mí, que para entonces ya estoy recostada contra la pared, consciente de que
hubiera sido mucho más rápido (y sano) bajar por las escaleras.
Que alguien me
explique en qué influyo cuando voy al cajero con tiempo suficiente, pero cuando
estoy a punto de alcanzarlo, dobla la esquina un señor con bigote que llega
antes que yo, y que decide consultar todas sus cuentas y parece haberse quedado
pegado a esa dichosa cajita mágica que tiene la deferencia de regalarnos dinero
cuando lo necesitamos, mientras echa miraditas desconfiadas y mal disimuladas
hacia mí, igual que hacemos todos cuando alguien aguarda a nuestra espalda para
utilizar el cajero.
O esas veces en
que estoy saliendo de casa, que ya he cogido incluso el tirador de la puerta, y
entonces suena el móvil, y es una llamada que tengo que coger sí o sí, pues no
conozco el número que aparece en la pantalla y podría ser la respuesta a esa
entrevista de trabajo que espero ansiosamente desde hace días, pero que luego
resulta ser la típica y molesta (lo siento por ella) teleoperadora de una
compañía telefónica de la competencia, y que te cuesta más quitártela de encima
que curarte un herpes.
¡Casi olvido uno
de mis contratiempos estrella! ¡El del maquillaje! Este no suele fallarme. Ese momento en que estoy perfilando mis ojos con lápiz negro negrísimo, y entonces
un espasmo involuntario de la mano hace que la uniforme línea abandone su
trayectoria, cruzando el párpado de parte a parte. Y si maquillarme me resulta
complicado, corregir esos desaguisados ni te cuento.
¿Alguien puede
decirme cómo evito yo todas estas circunstancias? Porque por culpa de ellas no
puedo demostrar que soy super puntual.
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