domingo, 7 de julio de 2013

Pues perdona, entonces

Pulsé la tecla “enviar” con el siguiente texto:
“Hoy me han dicho que te gusto un poco”.
No levanté la vista del móvil, pues él estaba sentado al otro lado de la mesa, y con aquel mensaje había gastado toda mi ración de valentía por ese día.
Apenas dos segundos más tarde un pitido me avisó de su respuesta:
“Pues te han informado mal”.
No contaba con aquellas palabras, y tuve que pensar deprisa.
“Pues perdona, entonces”, añadí, nada original.
“¿Advierto en tu rostro cierta decepción?”, escribió en su siguiente mensaje, que no tardó en llegar.
“Adviertes mal”, me apresuré a responder, y alcé la vista, mirándole con el gesto más neutro que fui capaz de conseguir.
“Pues perdona, entonces”, me escribió, y se levantó de la mesa con no sé qué excusa.
Aproveché su momentánea ausencia para disculparme a mi vez, alegando, creo recordar, un dolor de cabeza, y salí de allí decidida a refugiarme en mi casa por siempre jamás.
El camino que conducía a la carretera, y que tan romántico me había parecido dos horas antes, con sus frondosos árboles delimitándolo a ambos lados, se presentaba ahora como un enemigo interminable, que se extendía infinito ante mí. Inconscientemente aceleré el paso, sintiéndome a cada segundo más ridícula por mi fallida pseudo-declaración, y cuando las lágrimas a punto estaban de brotar, una mano agarró mi brazo con firmeza, obligándome a detenerme.
No tuve tiempo de asustarme, pues reconocí su tacto a pesar de jamás haberlo sentido antes.
“No me gustas un poco, te quiero con desesperación”, escuché de sus labios.
“Pues perdona, entonces...porque te quiero igual”, respondí a duras penas.
Y el resto lo dejo a vuestra imaginación.

2 comentarios:

  1. Wowwwwwwwwwww Ascensión, ¡qué ¡bonito! ¡Qué pedazo de final! Supongo que será tuyo, madre mía, me ha encantado, es que no puedo decir otra cosa....
    Un abrazo.

    ResponderEliminar