Siento la brisa
invisible envolviendo mi piel. Veo todo cuanto me rodea. Escucho los sonidos
del mundo. Percibo cada aroma. Y puedo saborear…
Puedo ir tras
cada cosa que deseo, sólo tengo que ponerme a ello…
Pienso en el mañana
como en una caja de sorpresas. Estoy ávida por disfrutar cada experiencia, y me
siento fuerte y expectante…
Pero mientras
aguardo con ilusión al futuro, disfruto del momento que tengo. Absorbo este instante
de ahora…
Respiro la
calidez del día rindiéndose al sueño de la noche, me empapo de las voces
familiares que escucho y tanto amo, me emociono con el aire que penetra en mi
cuerpo y lo renueva, y con el agua que me sacia y me mantiene viva…
Cada paso que
doy, cada cosa que agarro con mis manos, cada pensamiento y cada recuerdo, cada
proyecto, cada movimiento…es un regalo…
Cada palabra
pronunciada, cada letra escrita, cada alimento…es un regalo…
Cada canción que
me emociona, cada verso, cada libro que puedo disfrutar…es un regalo…
Ahora mismo, si
yo quiero, puedo quedarme aquí sentada; pero también podría salir fuera y echar
a correr, o podría abrazar a alguien. Podría empezar a cantar, cambiarme de
ropa o echarme a dormir…
Si me apetece puedo
comer algo, puedo llamar a un amigo y charlar, puedo estudiar, puedo leer…
La lista de todo
lo que tengo y puedo hacer en este instante que parece tan humilde es infinita…
Este momento tan
cotidiano. Esta tarde de sábado que en otros tiempos habría calificado equivocadamente de
aburrida, despliega ante mí mil posibilidades…
Estoy tan
agradecida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario