Supongo que soy feliz… pues los segundos se
suceden fáciles y mi vida fluye suave…casi siempre logro sonreír…
Felicidad básica y sencilla…felicidad
tranquila…
Felicidad frágil, pues la noche me busca...
Sé que pronuncia mi nombre desde la penumbra de las cuevas…
Sé que pronuncia mi nombre desde la penumbra de las cuevas…
Y sé muy bien lo que ansía…
Sé que pretende descargar sobre mi espalda el
peso de tu ausencia…porque duele tanto que ni la oscura noche puede soportarlo…
Tu ausencia abriendo la herida jamás cerrada…tu
ausencia siempre renovada…siempre gélida…
Tu ausencia interminable por tu presencia imposible…
Tu ausencia aterradora…
Luego debo permanecer bajo el sol…debo encontrar
la forma de huir del silencio y de la sombra…pues si la sombra me alcanza me
alcanzará la noche, y si las voces se apagan escucharé tu nombre…
...no puedo escuchar tu nombre...
...no puedo escuchar tu nombre...
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