Siento el confortable tacto del timón en mis manos. Ha desaparecido el miedo…se ha ido él solo cuando le he arrebatado los mandos…
No ha luchado conmigo, sino que suavemente ha desaparecido…
Se veía tan pequeño…y sin embargo me ha estado asustando tanto…
Se ha ido el miedo y ha empezado la vida…
Se ha ido el miedo y ha acabado la noche…
Por fin los zapatos no me aprietan y escucho claramente mi risa…
Le había dicho que no a tantas cosas por miedo al miedo…
Cuánto tiempo sin luz, cuántos años sin cuerpo y sin sueños…qué claustrofóbica creencia…
Nunca había sentido mi piel bajo la ropa…pero ahora lo entiendo todo…
¿Cómo he podido soportarlo?
He estado escondida, oculta tras asfixiantes capas de apariencia, de miedo a defraudar, de temor a no gustar…
He escuchado tantas veces cómo me definían voces extrañas, que me había quedado a vivir en esa definición…me había convertido en un concepto de un diccionario…
Pero hoy, desprendida de la tupida piel que me cubría, camino ligera, libre ya del miedo que me acompañaba…
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