La observó acercarse por el camino. Andaba con la
espalda encorvada, de modo que su mirada descansaba en el suelo, apenas unos
centímetros por delante de sus pies, como si se tratara de un faro que los
fuera guiando, indicándoles dónde pisar.
No parecía importarle lo que había más allá de esos
pocos centímetros que iban apareciendo a su vista, no parecía sentir ninguna
curiosidad por el mundo a su alrededor.
Cuando pasó junto a él, éste tuvo que llamar su
atención para que reparara en su presencia, y al hablarle y mirarle entonces
ella, vio con sorpresa que se trataba de una mujer muy joven:
- ¿Por qué caminas con ese aire de cansancio?
Ella le respondió sin detener su marcha:
- Porque estoy cansada.
Lo obvio de la respuesta provocó una sonrisa en él.
- Bueno, pues detente a descansar entonces…
- No puedo-replicó ella con la firmeza del que sabe
que sólo hay una opción-. Hace tiempo que busco algo, y si me detengo quizá
nunca lo encuentre.
- ¿Y qué es eso que buscas con tanta insistencia?
La joven pareció reflexionar unos instantes antes
de contestar.
- En realidad no lo sé…pero sé que cuando por fin
lo encuentre, me detendré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario