Estos días no tengo más remedio que pensar en
ausencias; en pérdidas que cargamos en nuestras maletas y que ocupan mucho más
espacio que cualquier presencia. En voces que sólo escucharás ya en tu
recuerdo, en imágenes de momentos corrientes que de pronto se tornan preciosos
tesoros y te producen pena por no haberlos vivido más intensamente.
Estos días miro alrededor y observo mil formas de
sentir lo mismo, y mil formas de entender lo efímero de todo. Son días de
lágrimas contenidas que brotan espontáneamente, de sonreír, simulando que todo
está bien, y de pensar en otras cosas para cubrir el desgarrador vacío.
También son días de apreciar un poco más lo que
aún está aquí.
Pero el paso del tiempo atenuará la intensidad de
los sentimientos, y cubrirá con una capa de calma esto que ahora está tan vivo;
y aliviados de la pesada carga, volveremos a nuestras vidas vividas por encima,
casi sin tocarlas, y de nuevo nos sentaremos lejos de los que están sentados a
nuestro lado.
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