Hay un cielo extraño y plomizo…un cielo
irrespirable que se derrama sobre un mundo suspendido en el tiempo, regado por
una lluvia que llueve sobre mojado.
Un cielo espeso que carga sobre las espaldas
pesados fardos repletos de mala conciencia, que reparte raciones de insomnio,
de lágrimas a destiempo, de antiguas tristezas que jamás se han ido.
Un cielo que contempla, mudo, la representación de
este teatro del absurdo; conocedor de la puesta en escena, del siguiente acto y
del final de la obra.
Un cielo sobre un mundo de inercia…un cielo de
arcoíris desteñidos…de estrellas apagadas y lunas ausentes…un cielo
intrascendente…
Un cielo hacia el que nadie mira, un cielo de
sueños rotos, un cielo sin cielo…
Haces magia con las palabras Ascen... Es poesía cada línea; como cada espacio, como cada silencio escondido...
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