lunes, 25 de marzo de 2013

Viaje


Persigo cada día esa luz que contiene en su seno todas las promesas. Escucho voces que me advierten de que no existe, y yo misma lucho contra mis ganas de rendirme muchas veces; pero sé que si no doy con ella mi vida no escapará jamás de la penumbra, y si me olvido de buscarla llegaré a confundir esa penumbra de atmósfera viciada con la luz que tanto anhelo.
La noche pasada una angustiosa pesadilla cubrió mi frente de sudor, y la funesta sensación que sucede a los malos sueños no ha liberado mi mente hasta bien entrado el día…sin embargo comprendo que sólo ha sido un momento de miedo, y mi pulso late de nuevo con el ritmo confiado de quien espera un mañana distinto.
Sé que no está siendo fácil alzarse por encima del humo, y sé que debo confiar en cosas que no veo; sé que demasiadas veces debo caminar sola, y sé que mis piernas flaquean ante tan duro camino. Pero también sé que si no tengo ya entre mis manos todo aquello que tanto deseo es porque todavía no ha terminado mi viaje; aunque cada pequeño paso me aleja más de la niebla, y la tierra bajo mis pies desnudos es más cálida a medida que avanzo. 

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