¿Cómo lograré hoy serenar mi alma? ¿Cómo
conseguiré que regrese a mi rostro esa escurridiza sonrisa que se me escapa como grácil mariposa entre los dedos?
¿Cómo borraré de mi traicionera mente recuerdos que creía olvidados? ¿Cómo
podré extender mis brazos y recibir con entusiasmo cada nuevo día? ¿Qué ha
sucedido para que haya desandado en un segundo tantos pequeños pasos que había conseguido
dar? ¿En qué momento he vuelto a perderme? ¿Por qué observo tu silueta tan
lejana si ayer me parecía estar tocando ya tus manos? ¿A quién le pido ayuda?
¿A qué puerta llamo? ¿Acaso tendré que tomar impulso, una vez más, con las
escasas fuerzas de mis cansadas piernas? ¿Acaso será mi propio aliento, una vez más,
quien me dé aliento? ¿Tendré que mirarme al espejo y volver a entender que soy
yo la única persona que puede ayudarme? ¿Tendré que ponerme en pie y empezar de
nuevo, hoy como tantas veces...?
Siempre hay una respuesta para cada pregunta. Bonita reflexión.
ResponderEliminarSaludos.