¿Quién ha dudado de lo
maravilloso de la vida?
Acaso yo misma tantas
veces…
Pero no hoy, ni nunca
más…
Es tal mi certeza de
que soy dueña de mi destino…que apenas me deja escribir el temblor que ha invadido
mis manos…
Ahora por fin comprendo
que no soy una frágil hoja de otoño a merced del viento…sino que sujeto
firmemente las riendas de mi vida…y veo con nitidez mi camino ante mí, pues yo
misma lo dibujo a cada instante…
Ahora doy gracias
infinitas por todo. Por todo lo que tengo…por todo lo que soy…por cada lección
que he tenido que aprender…por cada torpe paso que he dado en la oscuridad,
porque también ese paso ha terminado por conducirme a la luz…
Apenas puedo refrenar
los latidos que golpean mi pecho…es algo tan grande lo que siento que incluso me aturde…
¡Es tan inmensa la vida!…Tanto…que
no hay límite alguno…
Esta felicidad embriaga mis sentidos como el más exquisito licor…
¿¡Cómo podía yo esperar
hoy este despertar…!?
No hay comentarios:
Publicar un comentario