THE END
No podía creerlo.
Era la segunda vez en dos meses que la dejaba noqueada. Volvió a mirar por la ventana mientras su cuerpo se recuperaba lentamente del shock. Ya era
completamente de noche y una fina lluvia había empezado a caer.
Mientras observaba las pequeñas gotas resbalar por el cristal, despertó de pronto.
Salió disparada
hacia la calle. Corrió como nunca sin saber hacia dónde, buscándole; y por fin
le dio alcance cuando él caminaba, cabizbajo, con las manos en los bolsillos, haciendo caso omiso de la lluvia que lo empapaba.
- ¿¡¡De verdad
podrías vivir sin mí!!? – le gritó cuando estuvo lo bastante cerca como para
asegurarse de que la oía.
Él se detuvo, y
sin girarse, respondió:
- Con muchísimo
esfuerzo…- y en su tono se adivinaba que estaba conteniendo la respiración.
- Pues yo no
puedo vivir sin ti…
Él se dio la
vuelta y corrió hacia ella, abrazándola con fuerza; y ella se aferró a su cuello como si temiera caerse.
Se besaron con el
ansia de cada minuto que habían estado separados, mientras la lluvia los cubría con un romántico velo, y no les hizo falta decir
nada más, porque cuando el amor es verdadero, la piel dice más que las
palabras.
- ¡Mira! ¡Igual que en "Desayuno con diamantes"!- comentó una pareja que en ese momento pasaba por allí.
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