Difícil
es este día, porque no siento nada…
Mi
corazón
debe seguir ahí, pues estoy viva, pero no
encuentro en mi pecho más que su ausencia; ni presionando con mi mano sobre él
llegan hasta mí sus latidos.
Cierro
los ojos y permanezco en silencio,...un segundo…dos…quince…me rindo; ni siquiera así
percibo el discurrir de mi vida y de mi sangre.
Si
mi corazón
me ha abandonado… ¿cómo voy a soñar contigo a partir de ahora? ¿cómo
voy a enamorarme de ti si sus latidos enloquecidos no me alertan de tu presencia?
Pero
resulta tentador dejarse vencer por este vacío.
Sería tan fácil permanecer así
para siempre, inmune a todo, insensible…
Si mi corazón
se ha ido… ¿cómo
podré
quererte? ¿cómo
podré
echarte de menos si no siento nada?...ni siquiera podré
odiarte aunque me hagas daño...
¿Cómo
lucharé por
mi vida si nada me duele?
Pero
es tan agradable esta calma…es tan apacible esta ausencia de todo…que si
mi corazón
se ha ido…no me importa…durante un rato...
No hay comentarios:
Publicar un comentario